Julio tiene 27 años, es estudiante de
psicología en la Universidad César Vallejo – sede Este SJL, lo conocí en mi
curso de redacción. Le gusta las baladas con hip-hop y es un deportista del
baloncesto.
¿Cómo así te gusta el baloncesto?
Juego baloncesto desde los 14 años; a las chicas les llamaba
la atención, y me di cuenta que con esto puedo ganar su atención, quizás eso
fue lo que me hizo entrar a este mundo. Pero después me encariñé con este
deporte porque era una forma de salir de los problemas.
¿Dónde aprendiste a
jugar Baloncesto?
En mi colegio Tomás Alva. Allí
conocí a un amigo, Erick Aguilar, era un joven que llamaba la atención, era de
la selva, vino con la moda de las zapatillas de básquet, era el mayor de nosotros.
Él estaba en la sección D, donde estaban los mayores y más relajados; yo estaba
en la C, pero un incidente con un compañero, a quien lo tumbé en un
enfrentamiento y me amenazó con golpearme, hizo que me trasladara a la D,
felizmente que mis amigos me acompañaban a la salida y creo que por eso no se
atrevió a pegarme, yo estaba asustado.
Erick era un poco déspota, un
poco creído, recuerdo como que te usaba, quería que le hagas las tareas. No era
un chico sano.
Cuando Erick se retiró del colegio, nuestro profesor Cartolín nos
permitió jugar este deporte aunque no sabía mucho, entonces yo busqué la forma
de aprender más de este deporte para enseñar a mis compañeros.
Me iba a Mangomarca , lugar donde
iba Erick, allí aprendí y comencé a liderar el equipo de mi colegio. Me
enorgullece recordar lo que logramos a pesar de nuestras condiciones escasas.
Nosotros ni siquiera teníamos una pelota de basketball sin embargo cuando
concursamos en distintos torneos siempre llegamos en los primeros lugares. Pero llegó el momento de enfrentarse a otros
colegios más preparados y colegios fuertes como El Esquicha, El San Agustión, y
Fe y Alegría que tienen estudiantes muy altos y tienen todos los recursos o más
que nosotros, esos colegios nos vencieron, pero nosotros quedamos satisfechos
con lo que habíamos logrado.
¿A qué te dedicas a
parte de estudiar en la universidad?
Estudié en Cencico – Servicio Nacional de Capacitación para
la Industria de la Construcción - ingeniería técnica en topografía, la carrera
es de dos años, pero tuve algunos inconvenientes con los cursos de matemática.
Ahora trabajo como topógrafo.
Me dices que has
trabajado en una mina y eso me hace pensar en lo sufrible que puede ser el
trabajo en esos lugares; aunque ahora la modernidad hace que no sea tan duro
trabajar en esos lugares, ¿cuéntame cómo lo percibiste?
Mi papá me ayudó a entrar a GeoSurvey - empresa peruana
especializada en brindar soluciones de Proyectos de Topográfica-Geodésica –, que
daba servicio en MINERA MILPO – ANCASH.
Mi primer trabajo fue al lado con geofísicos. Se requería
estudiar la compactación del terreno (cerro) así que ponían micrófonos
enterrados con martillo, y en una computadora recibía los sonidos de las ondas cuando Se
golpeaba unas placas como yunques, así se leía las ondas y se hacían
interpretaciones.
Yo levantaba los puntos – micrófonos –, trabajaba con
coordenadas, tenía que hallar la ubicación del punto en el cerro y su altura,
para eso se usa el punto geográfico que aparece en un plano topográfico, y un GPS diferencial. Estaba a 4200 de altura, mi equipo pesa algo
de 10 kg. – la estación total -, y tenía que cargar con todo el trípode, me fue
duro este trabajo.
Nunca me he dejado derrotar, ese carácter lo he heredado de mi
madre. Ella será fregada todo, pero esto que es importante lo he heredado de mi
madre y se lo agradezco.
Tienes razón, En las minas se sufre, me supongo que los
trabajadores obreros la deben pasar peor, pero igual uno la sufre porque tiene
que estar viajando y la mayoría de estas minas están en altura y tienes que
aguantar el frío. En una ocasión lloré porque recordé todo lo que mi padre
trabajaba – él es ingeniero de minas – y también pensé en cuán duro es el
trabajo de los que tienen que estar en los socavones.
Un estudio de la
conducta sexual de los adolescentes peruanos llevado a cabo por la Universidad
de Piura (2010) dice que los
adolescentes de entre 13 a 18 años han tenido relaciones sexuales alguna vez;
dime ¿qué edad piensas que debe ser la correcta para iniciarse sexualmente?
No lo sé, la verdad me parece una pregunta muy difícil. No
sé qué edad es la correcta.
Yo me inicié a los 17 años con una amiga de mi hermana que
era mi mayor.
Volver a la universidad me ha dado la oportunidad de conocer más
jóvenes, y como no me veo muy mayor algunos me han confiado algunas cosas de su
actividad sexual; como por ejemplo que frecuentan a damas de compañía, ¿alguna vez
has estado con alguna?
Muchos amigos – entre copas – me han ofrecido para ir a un
prostíbulo. Yo entre tragos les puedo decir sí, pero solo es el momento de la
chacota, porque luego les digo no. Pienso en los problemas de las enfermedades,
recuerdo a un vecino que murió de sida y que su mujer ahora está sobreviviendo
con esa enfermedad y por eso me digo que no.
Pero lo que me das a
entender es que no lo harías por temor a las enfermedades. Dime, ¿estarías de
acuerdo con una Zona Rosa?
Viéndolo bien por el lado social y de salud sí; porque
siempre va existir estas zonas rosas, aunque lo oculten. Por ejemplo, en Manco
Capac hay prostitución y no se hace nada; puede que las persigan un rato, pero
estas personas que venden su cuerpo se van a otro lugar y luego vuelven. Entonces es necesario
buscar un lugar donde puedan estar y permita cierto control.
A veces la vida de
los jóvenes es muy conflictiva con los padres y en un momento de cólera uno
incluso desea la muerte de su madre o padre, claro que uno no está consciente,
que si se pone a reflexionar se da cuenta lo estúpido de su idea, pero pasa,
¿te pasó?
Sí, alguna vez deseé la muerte de mi madre, eso fue porque
mi madre era muy estricta con nosotros, nos trataba fuertemente, nos exigía que
las cosas los hagamos rápido. Claro, ahora comprendo que es porque mi padre en
una época hizo de su vida lo que quería – tragos y mujeres – y además era muy
machista, entonces creo que mi madre se desahogaba con nostros. No nos
maltrataba físicamente, pero su trato era áspero.
¿Piensas que eres un
joven inteligente?
No me creo inteligente, porque no soy mucho de leer, no
utilizo palabras técnicas. Quizás tengo la inteligencia motivacional, porque en
todo lugar donde voy. Por ejemplo, para el baloncesto soy muy bajo pero igual
no me rindo fácilmente, a pesar que los grandes me tiran un taponazo yo sigo igual, no me
amilano o me siento triste por eso. Lo que hago es hasta lo necesario para
lograrlo, no me quedo quieto.
¿Qué piensas de
Susana Villarán?
Creo que le han estado buscando muchas cosas para luego
sacarla y hablar mal de ella, y que esto no le ha permitido trabajar bien.
¿Qué piensas de
Castañeda?
Que es un corrupto.
¿Qué esperas lograr
de aquí a cinco años?
Tener una empresa de topografía. Pienso comprar algunos
equipos topográficos para alquilar y dar servicios. Con la estabilidad que me
dará esta empresa poder ejercer mi carrera de psicólogo con tranquilidad, sé
que esta carrera no te da mucho dinero.
¿Piensas casarte?
Más adelante sí. Tú dices que no crees en el matrimonio,
pero yo pienso que uno debe apostar, yo creo que sí se puede llegar a ser
feliz. Quiero una familia, tener mis hijos, cuidarlos a ellos y a mi mujer y
ser un ejemplo.
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