Difusión |
El año pasado tuve la experiencia de ser cliente del Banco
de la Nación, y esto por pura obligación ya que estuve trabajando vía CAS para
el Estado. Esta experiencia – de ser cliente del BN – es sufrible porque se
demoran demasiado en su atención. Para mi caso, no soy un cliente requirente,
solo quería retirar mi dinero, pero ante la falta o inoperatividad de los cajeros multired –
porque muchos están fuera de servicio y los que funcionan, así como los
agentes, se les acaba los fondos rápidamente -, tuve que hacer mi cola para ir
a una agencia de atención en más de una ocasión y estas colas me recuerdan a
las que – según cuenta mi padre – se hacían en el primer gobierno de Alan
García.
No sé a qué se debe la falta de agentes y cajeros multired,
así como la lenta atención en las agencias del BN – quizás el banco más importante
del país, al menos es la entidad financiera nacional estatal -, pero es problema de su
administración. Esta misma administración no cuenta con una sede principal,
puesto que su sede anterior fue demolida para la construcción de su nueva sede
principal.
Sobre la construcción de la nueva sede principal del Banco
de la Nación – motivo de este artículo – se ha criticado principalmente la
participación de la OIM[1]
como organismo conductor del proceso, lo cual implica su intervención en los
procesos de selección de la empresa constructora, la empresa supervisora y en
el desembolso de los recursos durante la ejecución de la obra. Esta crítica se
debe a una simple lógica, qué hace un organismo especialista en migraciones
conduciendo un proceso de una de las construcciones emblemáticas del gobierno
de Ollanta Humala.
A la anterior crítica, se suma que la OIM por ser un
organismo internacional evita la fiscalización de las obras por parte de la
contaloría general de la república, que por ese motivo no puede auditarla. El mismo Pedro Pablo Kuczynski en una ocasión criticó al actual
alcalde de Lima porque “durante su primera gestión pagó S/ 44 millones por
comisiones a la OIM para evitar la fiscalización de las obras que realizó entre
el 2003 y 2010”[2]
Tratando de ser positivos, se puede agregar que este coloso
que se construye, lo está ejecutando la empresa nacional COSAPI, que será el edificio más alto
del país con su más de 130 metros de altura y que espero que al tener una sede
con todas las condiciones tecnológicas[3]
mejore en su atención a sus caseros así como a sus clientes golondrinos.
Aquí algunos datos que he podido rescatar del Portal de Transparencia
del Banco de la Nación, la Constructora COSAPI y algunos diarios: