27 oct 2013

Luz Vannesa Jaimes Albornoz

Luz tiene 23 años, muchas experiencias laborales y un deseo por seguir adelante.

¿Te puedo hacer algunas preguntas?

Esta bien, pregúntame de todo menos del amor. Ahora no quiero saber nada del amor.

¿Por qué te fuiste de la universidad?

Porque tengo mi vida muy complicada y en la Vallejo todo esta desordenado. Quise matricularme en el turno noche, pero no pude y me dijeron que igual me matriculaba en la tarde pero llevaría las clases en la noche y luego solo era cuestión de conversar con los profesores.
Te cuento que la profesora de Derecho Penal me puso todo 11. Le pregunté por qué y me respondió que no había expuesto. Le recordé que trabajé contigo y luego no supo que decirme.

Te voy a extrañar, creo que has sido precipitada en esta decisión.

No te voy a extrañar porque siempre estaremos en contacto, al menos eso espero. Eres una persona muy desarrollada – no lo digo por el físico -,  eres integro y tienes tu carácter, y quiero conservar tu amistad.

Tienes razón nos vamos a ver si tú lo deseas. Dime, ¿te he parecido soberbio?

Eres un renegón y un poco  extraño. Al comienzo pensé que eras raro. No eres soberbio, ¿quién te ha dicho eso? quizás confundan madurez con soberbia.

¿A quiénes más vas a extrañar?

A muchos, en primer lugar a Shirley, me parece madura, segura, es bien segura, y decidida en lo que quiere. Es muy valiente… no creo que sea la única persona así, pero solo a ella la he conocido con esa determinación para vivir sola y arreglárselas.
Voy a extrañar a Máximo, sus bromas como homosexual, cómo olvidarme que se puso mi vestido para lo del video. Me da mucha pena que quizás no pueda conocer a su hijita – tengo la curiosidad de cómo será la niña.
Por supuesto que también extrañaré a Julio, esta pasando por momentos muy complicados, me hubiese gustado ayudarlo, lo veo triste pero sé que saldrá adelante.
A doña soledad, a don Pedrito que se nos fue, a la chica del jugo – que es gringa con su plata.

¿Qué vas hacer ahora?

No sé, buscar una nueva universidad, porque de hecho voy a terminar la carrera que me he propuesto. Por ahora iré al gymnasio y a ver si visito la playa, necesito salir, quizás haga un viaje a Tingo María, ¿quieres ir conmigo?

Sería bacan, pero para enero. ¿Vamos en enero?

Perfecto, vamos.

¿Y por qué estudias Derecho?

Porque me gustaría defender a las mujeres que tienen problemas con los hombres que no son responsables con sus hijos. Eso le pasó a mi madre, y ha marcado mi vida. Además, para el colmo hay hombres que no pasan mantención y encima viven en la misma casa. Esas injusticias son las que quisiera revertir siendo abogada.

En general me choca que la gente abuse de los más débiles, y creo que debo saber mis derechos. Quiero saber si lo que hago es correcto o no… Por ejemplo, me intentaron robar en una ocasión y en el forcejeo clavé un lapicero en la pierna del ratero. Si pasaba por un puente estoy segura que con mi nerviosismo le hubiese empujado. Y luego lo pensé, de ser víctima pasé a ser agresora, quién me puede defender en esos casos.

¿En qué trabajas?

Soy asistente en Inka Farma. 

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Me gusta todo, me gusta estar allí leyendo los correos, informarme, ayudar en lo que puedo, hacer mis transferencias de productos de aquí por allá. Coordinar, revisar los documentos que van estar en orden. Mi fumigación no es mensual y sale a veces así pero es semestral, entonces tengo que ver eso y rectificarlo.

Lo que no me gusta es que algunas técnicas son un poco malcriadas. Hace poco me sucedió un problema, un día salí temprano – pero le pedí permiso a mi supervisor – pero la cajera se fue a contárselo a mi supervisor y también al doctor, felizmente que el doctor le dijo que ella no puede estar controlándome. A veces le pido algo y me responde de mala gana, pero yo no me hago problemas, no quiero estar en conflictos; he conversado con mi supervisor y él me ha aconsejado que le diga que si no se siente conforme le voy a cambiar a otra farmacia.

¿A qué te dedicaste antes?

He trabajado en varias cosas; ayudé en un taller en Gamarra a limpiar polos, me hicieron limpiar 100 polos para pagarme 5 soles. Lo hacía porque mi madre se enfermó… y perdió el trabajo – felizmente para eso ya teníamos casa – mi papá no  pasaba nada… Era mujeriego.
Para navidades vendía blusas o polos. A los 13 años me dejaban ya en tiendas, también fui jaladora.

¿Y qué tal han sido tus jefes?

He tenido buenos jefes, trabajé como niñera en una casa de playa en mala – mar adentro –. Los señores se portaron muy bien conmigo, incluso cuando les dije que me tenía que ir porque mi madre estaba mal, ellos me propusieron vivir con mi madre en la casa de playa, pero no puede aceptar. La niña que cuidaba era Abril, lo bueno era que cuando Abril dormía podía ir al mar a bañarme. La señora Natalia cumple años conmigo, y en uno de esos cumpleaños me trajeron una torta y me invitaron a comer. Recuerdo que el señor me llevó a mi casa en su auto, y me dijo que nunca antes había ido a San Juan de Lurigancho. Tengo contacto con ellos, sé que se han separado.
Trabajé en el merado Huáscar – vendría zapatitos de bebé… mi amigo a quien llamaba joven – me dio el trabajo. Nos íbamos de madrugada a comprar zapatos. Me pagaba bien… un día me enfermé pero me dio crisis asmática, cosa que me sucedió en el mercado y me llevó al  hospital cargando. Cuando se enteró que esta crisis la tenía a causa del estrés, no sé como lo hizo pero  pagó mi luz, mi agua y todo lo que me necesitaba, me pagó un viaje a Tingo María. Me fui, pensé que perdí el trabajo, pero él me llamaba y me pagaba como si estuviera trabajando. Pienso que le debo, pero él me ha dicho que fui buena vendedora y conmigo surgió y eso me tiene tranquila, ahora somos amigos.

Trabajé en Golden Palace – san Isidro – como cajera. Me gustaba el trabajo excepto que me decían que debería vestirme más llamativa y a mí no me gustaba. Cuando alguien me trataba de fastidiar yo respondía mal. Les hacía la ley del hielo, pero habían chicas que les hacían caso… me fui porque me cambiaban de turno y no me gustaba la idea de ir por la madrugada. Para eso estaba estudiando en IFB, pero como me quedaba dormida en clases ya no podía.

Trabajé en Dominos Pizza cerca de dos años. Allí me caí y desde entonces tengo escoliosis  - me resbale saliendo de la cámara fría -,  me llevaron al hospital, me sacaron placas… ese momento no podían tocarme porque sentía mucho dolor, me pusieron ampollas y pensé que no caminaría me quedé en el hospital. Le pedí a una amiga que no le diga nada a mi madre para no preocuparla. La gerente me acompañó toda la madrugada, me cuidó y me trataron bien. Aún tengo el dolor, tengo que hacer rehabilitación.

¿Eres la primera entrevistada a quien invito un almuerzo? Espero que te guste.

Está rico, aunque me vas a perdonar que no coma la cebolla, no me gusta la cebolla.

Normal, a mi nadie me obliga a comer lo que no quiero, y creo que debe ser así. Si no te gusta algo déjalo, no tengo por qué sentirme mal por eso.

Lo dices porque no lo has pagado tú – el lomo que estamos comiendo es una cortesía de mi padre.

No me alcanzaría si es que todos mis entrevistados me demandaran invitarles algo.

Creo que no es justo que ganes tan poco como profesor. En una oportunidad le comenté a mi tío que tengo un compañero muy inteligente que sabe mucho, pero que gana un sueldo mínimo y me dijo así estamos en la educación. Yo creo que no es eso, es porque a veces te acostumbras y no quieres buscar algo mejor.





5 oct 2013

Aves sin nido de Clorina Matto

Cuando mencionaba “Aves sin nido” en mi dictado de clases de Historia Republicana, siempre me decía que puedo saber el argumento, pero debo leerlo. Este año, dejé como lectura a las niñas del cuarto año de secundaria esta obra, y busqué en Amazonas un ejemplar; fue así que la leí, para poder hacer la ficha de trabajo.

Desde el comienzo me intrigó saber qué le sucedería  a Marcela y Juan; pero luego mi preocupación pasó por sus hijas; para cambiar en una tercera etapa,  preocuparme por Fernando y Lucía; en una cuarta etapa,  por una joven novia que probablemente sería abusada (Teodora); la trama siguió con la familia Champi, quién era el padre de Manuel – pensaba que sería el cura pascual, quien había muerto misteriosamente -. No pensé encontrarme con una obra tan hermosa, pequeña, muy buena.


Solo después de leerla, comprendí la importancia de este documento literario. Clorinda Matto se atrevía a contar, con los personajes ficticios de Killac, lo que ocurría en cualquier pueblo de fines del siglo XIX y seguro lo que seguía aconteciendo a principios del XX: corrupción, discriminación, abuso, etc. contra la etnia más importante – por su número, su historia más antigua y la cultura que nos heredó -.