La enseñanza de la matemática se ha visto muy influenciada
por el conductismo, ya que es descontextualizada y carente de significado,
donde el docente piensa que aprender matemática es aprender un sistema
conformado por ideas abstractas que tienen un lenguaje especial.
De esta forma de tratar el área, se tiene la idea que
existen estudiantes que tienen ciertas condiciones intelectuales para aprender
matemática y otros no, ya que solo aquellos que desarrollen más pronto su
pensamiento abstracto podrán ser buenos para este sistema artificial del
conocimiento que no tiene nada que ver con la realidad.
Tuve la suerte de ser muy bueno en matemática, participé en
concursos, siempre era uno de los primeros en resolver los ejercicios. Y aunque
recuerdo con mucha estima a mis docentes de matemática, cuestiono la forma en
cómo nos enseñaron – de la misma forma antes escrita – que hizo que al
finalizar mi secundaria no sepa para qué me servía haber aprendido funciones,
matrices y estadística.
Pienso que en la actualidad, la matemática se sigue
enseñando de la misma manera que cuando era un escolar, ya que los docentes
siguen utilizando los problemas tipos y la repetición de procesos como sus
principales estrategias, y escasos son aquellos que contextualizan el
conocimiento matemático, o sea matematizan la realidad.
En este sentido, el enfoque de resolución de problemas es oportuno
para cambiar este más proceso de enseñanza-aprendizaje que hace de la
matemática ausente de significado.
Es importante la contextualización y buscar la funcionalidad
de la matemática en la toma de decisiones. Por ejemplo – de esto último – hacer
que los niños hagan encuestas antes de tomar decisiones sobre algún problema y
que analicen estas respuestas en cuadros estadísticos para tomar una decisión.