Competencia: Convive y participa democráticamente en
la búsqueda del bien común.
Fuente: Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica 3
secundaria – Ediciones Savla.
La
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define las migraciones
internas como el desplazamiento poblacional de un lugar a otro, generalmente
hacia unidades político – administrativas mayores (departamentos) y entre
unidades políticas menores (distritos), con la finalidad de establecer una
residencia permanente.
En las
zonas receptoras, los migrantes van difundiendo poco a poco aspectos propios de
su cultura: festividades, sistemas de organizaciones colectivas (basados en
vínculos familiares solidarios), gastronomía, entre otros. De esta manera, los
espacios receptores también sufren transformaciones.
LAS MIGRACIONES INTERNAS DE LA SEGUNDA
MITAD DEL SIGLO XX.
entre los
factores que apresuraron las migraciones de la segunda mitad del siglo xx en el
Perú, destaca la crisis del sector agrario que propició la migración
poblacional de sierra y selva. Además, el centralismo administrativo del Estado
concentrado sobre todo en la capital, acaparaba los servicios de educación y
salud, y también las oportunidades laborales.
Miles de
peruanos se desplazaron hacia las ciudades con la esperanza de mejorar su
calidad de vida. Esto generó un acelerado urbanismo en las ciudades y un despoblamiento
de gran parte de las zonas rurales en la década de 1970.
LA DÉCADA DE 1980 Y LOS DESPLAZADOS POR
LA VIOLENCIA.
Según el
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el término
“desplazado” alude a aquella persona o colectividad que se ve forzada a
abandonar su lugar de residencia, sus pertenencias y las diversas actividades cotidianas
debido a conflictos armados, violación generalizada, desastres naturales, etc.
En el
Perú, este fenómeno tuvo como principal causa la violencia terrorista durante
décadas de 1980 y 1990. Miles de peruanos del interior del país huyeron debido
al peligro suscitado por el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso
(PCP-SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), pero también ante
la respuesta de los agentes del Estado peruano. La población directamente
afectada por la violencia tuvo que abandonar sus zonas de origen para
salvaguardar su vida.
INSERCIÓN DE LOS MIGRANTES EN LAS URBES.
Los
migrantes tuvieron que lidiar su llegada con actitudes discriminatorias y de
exclusión social de la población residente en las ciudades.
Con pocas
posibilidades de insertarse laboralmente, disponer de una casa, lograr
educación de calidad, entre otros, vieron que su situación socioeconómica no
mejoró. Por el contrario, fue igual o peor que la que tuvieron en sus zonas de
origen.
Revertir
esta situación fue un proceso lento. En muchos casos se valieron de sus redes
sociales (reciprocidad, familia extensa o simplemente el padrinazgo) para abrirse
nuevos caminos. Dedicados al trabajo fabril como obreros u operarios o constituyendo
sus propios negocios (mypes), paulatinamente fueron superando las condiciones
adversas para ofrecer a sus descendientes una mejor calidad de vida.
EXPRESIONES CULTURAES E IDENTIDADES DE
LOS MIGRANTES EN LAS CIUDADES.
En la
medida de lo posible, los migrantes trataron de reproducir y recrear en sus nuevos
espacios de residencia sus tradiciones. Dos de las expresiones más visibles del
modo en que se reproducen las identidades de los migrantes giran en torno a los
clubes de migrantes y a las festividades populares.
Las organizaciones o asociaciones de migrantes:
Los
migrantes en las ciudades apelaron a diversos recursos culturales par organizarse
como, por ejemplo, las relaciones de parentesco, compadrazgo o amistad; la
veneración a un santo, la pertenencia a la institución comunal, etc.
Estas
agrupaciones o asociaciones estuvieron integradas por los migrantes procedentes
de una misma zona de origen: un pueblo, un distrito, un anexo, un departamento,
etc., y el círculo de parientes más cercanos.
En estos
espacios se organizaron múltiples actividades culturales, sociales y deportivas
los fines de semana, con la finalidad de reunir a los paisanos dispersos por
diversos barrios de la ciudad. En dichas actividades los migrantes tenían la
posibilidad de intercambiar información sobre oportunidades de trabajo y
vivienda, así como también de entablar relaciones afectivas, algo que aún se
sigue poniendo en práctica en varias ciudades.
Las festividades populares
Son uno de
los mayores aportes culturales de los migrantes. No se restringen solo a
eventos religiosos, sino que también son actividades sociales y políticas. Entre
las festividades populares más comunes se encuentran las fiestas patronales,
los aniversarios del pueblo o de la comunidad, los carnavales y los campeonatos
deportivos. En dichas festividades, los migrantes se reencuentran y conectan
con sus tradiciones culturales; por ello, constituyen espacios donde se
refuerzan el sentimiento de pertenencia, la identidad y los vínculos sociales y
familiares.
ACTIVIDAD:
En el
siguiente enlace encontrarás la actividad de esta entrada:
Fecha de
entrega: Hasta el 30 de noviembre.
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