27 may 2019

Hechiceras, Beatas y Expósitas


Hoy 27 de mayo tengo el gusto de haber terminado de leer “Hechiceras, Beatas y Expósitas – Mujeres y poder inquisitorial en Lima”, obra de la historiadora María Emma Mannarelli, edición del Congreso del Perú. Dicho texto lo encontré en la biblioteca de mi querida Institución Toribio Rodríguez de Mendoza (SJL).

De ella puedo rescatar información relevante sobre el trato de la Santa Inquisición para los casos de las hechiceras, beatas y expósitas. En los tres casos el tema de la sexualidad es recurrente, aunque no del mismo modo. Pero aquí vemos cómo el género determinó en un trato diferenciado.

La realidad, es que para el caso de las hechiceras – la inquisición procesó más hechiceras que hechiceros -, estas se iniciaron – en su mayoría de casos – por acusación con carácter sexual, se decía de las hechiceras que vivían escandalosamente y mantenían amistades ilícitas. Otro de los temas recurrentes es que ellas eran requeridas para solucionar los males de amores a través de los amarres, las pócimas para conseguir el amor.

En el caso de las beatas, se dice que ellas podrían ser la saga de lo que se presentó en la Alta Edad Media europea. Además, la historiadora se volcó a explicar el caso de la agustina Ángela de Carranza. En dicha biografía, también se centra en las manifestaciones de iluminismo que no deja de estar relacionado con la sexualidad de la mujer.

Se termina haciendo referencia a las huérfanas blancas en la colonia, cómo una sociedad jerárquica patriarcal, pretendía salvar a estas mujeres de la deshonra a través del colegio de niñas expósitas de Santa Cruz de Atoche, dicha institución no solo les ofrecía la enseñanza cristiana, sino que también aseguraba su futuro – siempre que se porten bien, porque si no se podría descubrir que no eran "españolitas" sino unas “cholas” o “mestizas” – con la dación de una dote, necesaria para ingresar al convento o poder casarse.



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