Debemos entender que la educación inicial está para
desarrollar nociones básicas que posteriormente – y esto dependiendo del grado
de madurez de las estructuras mentales que cada niño alcance – permitirá el
desarrollo de las habilidades matemáticas (construcción y comprensión del
número, significado de las operaciones, etc.); así mismo, esto se debe hacer de
una forma natural.
¿Cómo evidenciar el desarrollo de las capacidades
matemáticas?
Para esto es necesario la observación (espontánea y/o sistemática);
en el caso de la espontánea, la maestra podrá hacer uso del anecdotario para
así registrar los avances del pensamiento perceptual que el niño alcanza
utilizando su cuerpo o manipulando objetos; en el caso de la observación sistemática,
la maestra hará uso de los portafolios y las listas de cotejo – previa planificación
de los indicadores que corresponden a la competencia matemática -, por ejemplo
en el caso de la “Agrupación”, la maestra puede observar si el niño agrupa una
colección de objetos o no, y si los hace puede colocar en el portafolio algunos
trabajos que evidencie aquello que el alumno ha alcanzado aprender.
Situaciones reales para desarrollar el pensamiento
matemático.
Es necesario colocar al niño en otros escenarios, si bien el
aula puede tener bueno elementos para trabajar el pensamiento matemático, será
una experiencia más enriquecedora que el niño se traslade en contextos reales
como el parque, el mercado, alguna posta médica u otros. Donde el niño puede
reconocer si los establecimientos tienen mucha o poca gente, o puedan agrupar
entre quienes son los pacientes y quiénes son los doctores y enfermeras.
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