Luis Jochamowitz es un periodista
y escritor que escribió “Vladimiro: vida y tiempo de un corruptor” en el año
2002. Dicho libro lo había visto en varias oportunidades en basar suelo, pero
nunca se me dio por comprarlo – ni siquiera aproveché su costo ínfimo en “basar
suelo”. Pero hoy terminé de leerlo esto por encargo de mi “jefe”, quien dio el
libro y pidió que le buscara un asunto que quería citar para un trabajo suyo.
De los veinte apartados del texto
– incluyendo la “Advertencia al lector” – ninguno me ha dejado sin asombro,
hechos narrados de manera novelesca ayudaron a estimular mi lectura.
Jochamowitz – nombre que no podía pronunciar sino después de escucharlo decirlo
en una grabación de youtube – me parece que logró mostrar al gran corrupto que
fue – y seguro sigue siendo – Vladimiro Montesinos, personaje que se destapó
para el común del pueblo – allí me he encontrado siempre – finalizando el
gobierno de Alberto Fujimori.
Pero Jochamowits cuenta de una
historia azarosa desde los orígenes de los Montesinos Montesinos, fundado por
el abuelo del ex asesor; ejemplo a lo que mi amigo siempre cree, “los genios
nacen”; claro que en este caso tendríamos que cambiar la palabra “genio” por “corrupto”.
Pues sí, parece que el corrupto nació, no se hizo, ya tenía en sus entrañas una
predisposición para ser espía, para buscar la ventaja en el defecto humano,
para reconocer la bajeza de sus interactuados y cómo aprovecharse de ello.
Por otra parte, Jochamowits logró
un buen acercamiento a personalidades siempre recordadas de fines de la década
de los noventa, Laura Bozo, Matilde Pinchi Pinchi – de quien me sorprendiera
saber cómo llegó a la vida del “Doc” – y sus aliados del diario “Kausáchum”.
Con esta obra he reflexionado, no
he odiado a Vladimiro, le he admirado; le he tenido miedo a sus circunstancias –
ejemplo, un padre que se suicida dejando un menaje a su hijo “nunca seas pobre”.
Jochamowits en una entrevista con
nuestro muy querido MAD, reconoce que se equivocó cuando le puso el título – al
libro – “vida y tiempo de un corruptor”, puesto que como le hiciera notar MAD,
sería muy difícil pensar que dichos empresarios, políticos, y demás personajes
que habían sido parte de los vladivideos hayan sido corrompidos, que lo que era
evidente era que había una negociación.
Estoy de acuerdo con MAD, pero el
título, que para Jochamowits quedaría mejor tan solo en VLADIMIRO, invita
también a reconocer a quiénes no corrompió Vladimiro porque éstos ya estaban
corrompidos.