30 dic 2014

Irma Kelly Garay Bernal

Kelly es una simpática compañera de estudios del turno noche. Es secretaria, tiene 28 años.[1]

Pienso que eres de aquellas personas de las que le puede molestar su edad, ¿te molesta?

Más o menos, me gustaría tener 15. Para que mi papá me mantenga, para levantarme como cuando no tenía preocupaciones. El problema es más las responsabilidades que el hecho de sentirme una persona de edad.

A la mayoría de mujeres le acompleja su edad, ¿no eres una de ellas?

Yo no. Eso sí, hay gente que tiene 28 como yo y no lo dice, dicen que tienen 25 o 24. En cierta medida las entiendo, cuando cumplí los 28 me dije, ya dos años y tienes 30 y tienes que pensar en casarte, tener hijos. Otra cosa es en base dos, todavía sales, te diviertes. A parte, cambias la forma de vestirte, ya no te puedes vestir como una chibola.

Entonces, ¿crees que cuando llegues a 30, vas a querer ocultar tu edad?

Derrepente, sí.

Te veo con ese perfil.

Pero no, cuando me preguntan siempre digo mi edad. Sí, digo mi edad, normal.

Y a tus 28 años ¿te sientes una mujer experimentada?

¿En qué aspecto?

En todos los aspectos, una cosa que me sorprende de tenerte aquí es que te siento un poco tímida, cosa que no me ha sucedido con ninguna chica de acá.

Debe ser porque he vivido un poco reprimida por mis padres porque siempre me han estado cuidando por ser la hija menor. Siento que me he desenvuelto más desde que comencé a estudiar secretariado y comencé a trabajar y entonces ya veía por mí, o sea de las cosas que yo necesitaba.

¿Dónde estudiaste secretariado?

En Cepea, una carrera técnica de tres años.

Y a penas terminaste, ¿comenzaste a trabajar?

No, yo estaba estudiando y trabajando. Primero estudié en un programa de “Pro Joven”[2] por tres meses y luego hice tres meses de práctica. Era sobre “Host Keeping”, sobre mantenimiento, allí nos enseñaron a cómo tender la cama, limpieza. Mediante el Cetpro[3] me enviaron a un hotel para hacer las prácticas y después, ingresé a una empresa inmobiliaria para limpieza. Fue estando en ese trabajo que me decidí estudiar en un instituto, porque me dije que no me quedaría allí. Así me matriculé en Cepea, estudiaba en la mañana y trabajaba en la mañana.

Eras personal de limpieza, ¿alguna vez te incomodó eso?

No, porque sabía que no iba quedar así nomás. Yo sabía que el trabajo que hacía era temporal.

Te lo digo esto porque yo tuve un amigo que trabajaba como mozo y creo que se avergonzaba porque nunca me lo dijo, hasta que lo descubrí por una cuestión que lo dejó como un mentiroso.

Pues a mí no me ha avergonzado, yo a mis jefes siempre les he contado qué es lo que hacía.

Eso dice mucho de tu carácter. Yo creo que hacer cosas que se podría pensar que son inferiores dice mucho de nuestro carácter; porque uno se pone a pensar en qué es lo que es capaz de hacer y que puede hacer muchas cosas más.

Sí, además aprendes. Yo ahora sé muchas cosas de limpieza, no es que me guste hacerlo, porque ahora no es lo mío, pero he aprendido. Además nadie me trató mal en esa época. Yo trabajé allí tres años, y me trataron muy bien, hasta me acomodaron mis horarios para poder estudiar. Yo me encariñé y ellos también se encariñaron conmigo, supongo porque vieron las ganas de superación que tenía. Cuando me salí mi hermana mayor se quedó a trabajar allí y ahora está en mejores condiciones de las que yo estaba trabajando.

Entonces, puedes recomendarme para tener un mejor trabajo.

Sí puede ser. Mis ex jefas me quieren, hasta ahora tengo trato con ellas.

¿Y cómo así te saliste de ese trabajo?

Bueno me tuve que arriesgar, en mi instituto vi que podía hacer prácticas en un estudio jurídico; pero lo hice, con el dolor de mi corazón porque me daba pena dejar a mis jefas. Me fui a trabajar por la avenida España. Cuando fui allá me asusté porque el lugar parecía la casa Matucita. Me dije, es momento de cambiar, de crecer. Y trabajé como asistente y luego secretaria. Duré un año.

¿Cambiaste de trabajo?

Cuando me salí, ingresé a una empresa de teleoperadores por cuatro meses. Luego, nuevamente trabajé en otro estudio jurídico por tres años. Y este último año estuve trabajando por seis meses en una fábrica de plásticos y de allí me pasé a una empresa de chatarrería por toneladas y ahora me he quedado sin trabajo.

¿Cómo así se has quedado sin trabajo?

Lo que pasa es que hubo un inconveniente en la empresa. Yo hice un escrito que no me correpondía a mí, sino al contador. En ese escrito, al llevarlo a la notaría, no me había dado cuenta que no había puesto el nombre del gerente de la empresa con quien hacíamos el trato; le pregunté a la señorita de la notaría si no había algún problema si le podía colocar con un lapicero y me dijo que no había ningún problema. Mi jefa al darse cuenta de eso me dijo que no había legalidad y utilizó ese tema para despedirme.

Ahora yo creo que esto fue porque el negocio había bajado; la señora me dijo que me llamaría, pero yo ya no quiero volver allí porque me perjudicaba más en mis estudios y también en el pasaje. Estaba pensando en salir, pero no para estas fiestas porque ahora todo es gastos.

¿Por qué estudias derecho?

Siempre lo quise, la influencia viene de mi tía. Yo quería ir a la Garcilaso, pero no pude porque es más costosa que la UCV.

Colaboraste con el profesor Maldonado para su campaña, ¿dime qué tal te pareció como profesor?

Sí le apoyé para inicio de sus campañas. Con respecto a él como docente, creo que tenía para dar más y no lo pudo hacer porque estaba en otras cosas.

Uno a simple vista lo ve y ve a alguien joven, e impacta bastante por ser joven y ser una persona bien relacionada, pretendiendo ser alcalde. ¿Creías que podría haber sido buen alcalde para SJL?

Sí, creo que sí.

¿Qué persona es la que más te ha impactado en la universidad?

El señor Pedro porque a pesar de su edad quiso estudiar, se mataba por aprender, se inscribió a cursos para aprender matemática.

Sí, yo también lo recuerdo, y algo que siempre recuerdo es que siempre decía que no lo iba a terminar; y me decía a mi mismo,  este señor Pedrito se pasa, por qué dice que no va terminar, si piensa así entonces para qué estudia.

En la universidad has hecho nuevas amigas, ¿dime qué de especial tienen ellas?

Ellas han estado en los momentos difíciles y con sus palabras de aliento hemos estado allí, a pesar de los caracteres diferentes. Hemos tenido algunas discusiones por el tema de los estudios, la falta de colaboración, pero siempre hemos conversado. Aracely y Mirella tienen más química entre ellas porque piensan más parecido, las siento un poco más introvertidas, aunque Mirella es un poco más de hablar.

Para ti, ¿quiénes son los mejores estudiantes de nuestro salón?


Soledad, tú y Mirella.

¿Y qué piensas acerca de mí?

Eres un chico medio raro, medio misterioso, pero eres lindo también. Aunque todos pensábamos – pienso que se refiere con “todos” a ella y sus amigas - que eras raro por la forma como te jugabas con Máximo.

Ahora la gente piensa que eres dedicado en tus estudios, pero a veces como sabes tanto, no dejas que el profesor explique a los que no saben y  a veces desesperas y da ganas de decirte, cállate Mario. Creo que hay gente que te quiere matar. A veces das risa con las cosas que dices, pero otras, me gustaría decirte ya basta.

Muchas gracias por lo que me informas, lo voy a tener en cuenta.

Dime, a parte de tu familia, y de la universidad, ¿a qué personas tienes presente?

A mi amiga Elizabeth.

No puedo creer que se llame Elizabeth.

Sí, ella es mi mejor amiga. Y es medio loco porque nosotras vivimos en extremos, de cono a cono. Pero nos conectamos siempre por teléfono, quizás no tanto, pero siempre hay momentos como por ejemplo mañana que es su cumpleaños.

Ella me conoce mucho y yo a ella. Me gusta porque es sincera y también por su forma de ser, por ejemplo no es de aquellas que te dan la solución, sino que te explican y te dejan aprender. Cada vez que yo me siento preocupada o tensa por algunas cosas que me pasan, hablo con ella y siento que las cosas pasan.

Otra persona es mi psicóloga, a ella la tengo en mi facebook. Le tengo un aprecio. Me apoyó bastante en una etapa difícil de mi vida.

¿Qué pasó en esa etapa de crisis?

Entré en una crisis en el quinto año de secundaria porque un profesor me comenzó a acosar. Estuve en un estado de shock y la psicóloga me ayudó bastante para superar esto. Denuncié al profesor.

¿En qué consistieron las acciones de acoso del docente?

Él era mi tutor de quinto. Cuando íbamos a la sala de cómputo, me decía cosas. Una vez se me declaró y yo dije en qué momento. Era casado.

Mira, a veces hay hombres estúpidos, que porque una chica le sonrió le miro con simpatía, piensan, ha esa chica quiere estar conmigo, ¿tú puedes pensar que en algún momento tu sonrisa, tu forma de ser dio cabida a una malinterpretación del docente?

Nunca hice nada para que el profesor pensara otra cosa. Yo en el colegio era de conversar con los profesores, pero no al hecho de que algo que alguien piense eso de mi.

¿La psicóloga se enfrentó al docente?

Sí, y también mi director. Pero algunos de los profesores se pusieron en mi contra. Pero casi todo se mantuvo en secreto. Algunos docentes me hicieron sentir que yo era una mala, que le estaba perjudicando al profesor que era un padre de familia.

¿Te sentiste bien cuando lo expulsaron?

Sí, aunque también sentí pena por su familia.

¿Hubo un momento en que te enfrentaron al docente?

No, no lo hicieron porque estaba en una etapa de crisis y mi psicóloga me cuidó.

¿Cómo reaccionó tu familia?

Mis hermanos y padres querían pegarle, pero no lo hicieron por evitar el escándalo.

¿Tus compañeros se parcializaron, te molestaron quizás?

No, todo fue como que oculto, aunque lo sabían no me decían nada. Esto malogró toda las ganas de mi fiesta de promoción, y bueno no hice nada.

Con este tipo de experiencia, ¿piensas que los profesores pueden ser personas malas?

No, yo ya lo he superado; tú me ves que me trato muy bien con los profesores.

Sí, eso es lo que me sorprende; con esa experiencia traumática que has tenido puedo pensar que ahora eres más cuidadosa con los profesores, pero me he dado cuenta que tienes química con los profesores.

No se puede vivir de los traumas, yo ya los superé y mis relaciones con los docentes es de respeto. Lo único es que no me gusta que me toquen, yo puedo bromear, pero eso de estar tocándose no me gusta mucho.

Tuviste algún inconveniente de venir aquí, o sea estar aquí conmigo en mi cuarto a solas.

No sabía que la reunión era en tu cuarto – sonríe.

O sea si te hubiese dicho que estarías en mi cuarto te hubieses echado para atrás.

Yo sé a lo que vengo.

Pero pudiste pensar que soy un desiquilibrado.

Mi madre sabe dónde estoy, en qué distrito y para qué he venido.

Dime tus metas a mediano y largo plazo.

Terminar mi carrera, casarme, hacer mi propia empresa. Quiero hacer una empresa, quizás un estudio jurídico para dejar de tener jefes - ya me cansé de tener jefes - y así también ayudar a mi familia.




[1] Entrevista realizada el día domingo 28 de diciembre de 2014.
[2] Programa de Capacitación Laboral Juvenil del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo.
[3]  Centros de Educación Técnico-Productiva.